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Imagina una playa tranquila en Chiriquí, al amanecer. Las primeras luces del día revelan a un grupo de voluntarios, todos reunidos en la orilla, listos para una jornada que cambiará la forma en que entendemos las limpiezas de playas. No es una limpieza más: es la primera Jornada de Limpieza Científica de Playa en Panamá, una iniciativa pionera que tiene el propósito de transformar nuestras playas en laboratorios vivos de ciencia ciudadana.
La líder de esta actividad es Pamela Díaz, profesora asociada del Centro Internacional de Formación en Gestión y Certificación de Playas , y la Red Iberoamérica ProPlayas, quienes han organizado y capacitado a más de 150 participantes, incluyendo scouts, voluntarios y entusiastas del medio ambiente. Bajo su guía, estos voluntarios no solo recogen basura, sino que la analizan, clasifican y cuantifican para comprender mejor el impacto de la industria textil y de bebidas en los ecosistemas costeros. “Se trata de dejar atrás la simple recolección de basura para capacitar a la comunidad en metodologías científicas que nos permitan identificar el verdadero impacto de nuestras acciones en el medio ambiente”, comenta Pamela.
La preparación para una Limpieza Científica
Como parte de esta iniciativa, los participantes fueron previamente capacitados y certificados por en métodos de evaluación de residuos sólidos en playas, incluyendo el método BLAT QQ (Beach Litter Assessment Technique - Qualitative and Quantitative). A través de simulaciones y sesiones de entrenamiento, se garantizó que todos los participantes comprendieran y aplicaran correctamente la metodología durante las limpiezas científicas (Enlace para las sesiones online: )
El proyecto involucró a más de 150 voluntarios, entre ellos más de 40 scouts del Distrito Scout de David (grupos 86, 87, y 88) y scouts de Ciudad de Panamá (grupo 40, 24, 40, 29 y 35), liderados por el grupo 40 scout. Antes de llegar a las playas, cada voluntario recibió el riguroso entrenamiento en el método BLAT QQ (Beach Litter Assessment Technique - Qualitative and Quantitative), una técnica que evalúa el nivel de limpieza de las playas en una escala de 0 a 100%, donde 100% representa una limpieza excelente y 0% un estado crítico. Con simulaciones y sesiones de práctica, los participantes estaban listos para usar esta metodología y transformar su labor en un proceso científico.
La iniciativa de Limpieza Científica nace con la necesidad de transformar las campañas de limpieza de playas tradicionales, donde solo se remueven residuos sólidos pero no se registra información científica del nivel de contaminación encontrado en ellas. Sumado a esto, a través de esta iniciativa se busca reforzar valores ambientales y técnicos a partir del entrenamiento, certificación y formación de los participantes, quienes tienen la oportunidad de capacitarse por medio de científicos y expertos en gestión de playas, manejo costero y evaluación de residuos sólidos en costas. Esta actividad representa un esfuerzo bilateral entre voluntarios y CIF PLAYAS para remover, cuantificar y registrar los residuos encontrados en la arena de la playa.
Un laboratorio al aire libre en Chiriquí y Ciudad de Panamá
La primera jornada tuvo lugar en Playa La Barqueta, Chiriquí, y la segunda en la playa de Veracruz, en Ciudad de Panamá. En ambas actividades la jornada inició temprano en la mañana, con una evaluación inicial del nivel de contaminación por residuos sólidos en la playa (BLAT QQ) por parte de los voluntarios. Luego, los residuos sólidos fueron removidos de acuerdo con su tipo. Primero los residuos relacionados con la industria textil, luego los provenientes de la industria de las bebidas y, por último, los residuos generales. Finalmente, el método BLAT QQ fue aplicado midiendo la efectividad de la remoción manual de los residuos sólidos sobre la arena. Los datos fueron enviados a través de la aplicación Kobocollect para su análisis.
¿Qué encontraron?
Playa La Barqueta, Chiriquí: esta playa fue transformada en un laboratorio a cielo abierto, gracias al grupo del Distrito Scout de David (grupos 86, 87 y 88), 30 voluntarios adicionales, coordinados por Katherine Boya Castillo, líder del monitoreo con el apoyo de la alcaldesa de Chiriquí, Doris Anays Atencio Coba. El equipo se enfocó en los residuos específicos de las industrias textil y de bebidas para obtener datos cruciales sobre su impacto en el ecosistema. Los resultados revelaron que la mayoría de los desechos corresponden a la industria de bebidas, con 24% del total removida. En cambio, los residuos provenientes de la industria textil no fueron tan frecuentes, con solo 4% del total removido.
La playa se dividió en tres zonas para su monitoreo y limpieza. En el sector Hotel encontró un calidad ambiental recreativa del 81%, siendo interpretado como un nivel de limpieza aceptable. Las categorías de residuos vegetales voluminosos y de residuos gruesos fueron las más afectadas. En el sector restaurante, Villas, la calidad ambiental recreativa fue del 98%, considerado como un nivel de limpieza bueno. Las categorías de residuos que requieren más atención fueron los residuos cortopunzantes (ej. vidrios) y las heces. Finalmente, en el sector Villas la calidad ambiental recreativa fue del 99%, siendo un nivel de limpieza casi excelente. Cuatro categorías tuvieron los menores valores: colillas de cigarrillo, residuos orgánicos, vidrios y residuos gruesos.
Playa Veracruz, Ciudad de Panamá: con más de 100 scouts (grupo 40, 24, 29 y 35), Rotarios y voluntarios, y el importante apoyo de Melissa Hostos, coordinadora del proyecto en Panamá, limpiaron y evaluaron más de 1 km de playa. Midieron, contaron y pesaron residuos de industrias, obteniendo datos valiosos para continuar la evaluación del impacto ambiental y promover mejores prácticas. La playa Veracruz se dividió en Veracruz este (zona urbana) y Veracruz oeste (zona rural) para su monitoreo y limpieza. La calidad recreativa para la zona urbana de Veracruz fue del 80%, siendo interpretado como un nivel de limpieza aceptable, y encontraron que las categorías de residuos provenientes del mar y residuos comunes fueron las más altas. Por su parte, la zona rural de Veracruz obtuvo un puntaje de calidad ambiental recreativo del 69%, siendo interpretado como un nivel regular, y las categorías de residuos comunes, residuos vegetales voluminosos y no voluminosos como los de mayor impacto. Después de la remoción manual de los residuos sólidos se encontró que el 57% del total removido corresponde a residuos provenientes de la industria de la moda; sumado a esto, el 24% del total correspondió a residuos de la industria de las bebidas. Los residuos de la industria textil encontrados fueron en su mayoría voluminosos y en estado de descomposición, destacando artículos como mochilas, zapatillas, suéteres y numerosos fragmentos de tela. Estos hallazgos proporcionan una visión clara del tipo y la cantidad de contaminación que estas industrias aportan a estas layas de Panamá.
El impacto y la misión de un cambio duradero
Este proyecto, que busca medir el “impacto de la basura proveniente de la industria textil y de bebidas en los ecosistemas de playas en América Latina y el Caribe”, fue seleccionado como uno de los ganadores en el Simposio Nacional de Plásticos II: Soluciones para la biodiversidad Marino-costera 2024, desarrollado en el mes de abril por el proyecto Patrimonio Natural Azul, un esfuerzo de ԹϺ y su socio local, Sociedad ԹϺ de Panamá, gracias al apoyo del Fondo de Carbono Azul del Reino Unido, administrado a través del Banco Interamericano de Desarrollo.
Este apoyo de fomenta la siembra de capacidades locales y promueve el crecimiento para que iniciativas como estas cuenten con el apoyo necesario para convertirse en un modelo a replicar.
Para los voluntarios, la experiencia fue transformadora. Raúl Gómez, scout del grupo 88, lo expresó así: “No solo se trata de mantener la playa limpia; se trata de aprender cómo evaluar y preservar su salud a largo plazo. Ahora, tenemos herramientas para hacer un cambio real”. Además, Katherine Boya, coordinadora y líder del monitoreo en La Barqueta, manifestó: “La provincia de Chiriquí está sumamente agradecida por la gran oportunidad de formar parte de este gran proyecto científico, los grupos scout que participaron en la preparación académica y al momento de la práctica estuvieron entusiasmados y contentos al participar de esta gran labor”.
Un llamado a la acción
Es momento de transformar las limpiezas de playas simbólicas en acciones que generen un impacto real, nos explica Pamela Diaz. “Estas limpiezas no deben ser únicamente eventos anuales, sino convertirse en fuentes continuas de información científica que orienten nuestras decisiones para un planeta más saludable. La información recolectada será publicada a través del grupo de investigación en sistemas costeros GISISCO, por medio de artículos científicos revisados por expertos, asegurando así la validez de los datos y el rigor en su procesamiento”. Ejemplo de esta labor son los artículos publicados por GISISCO empleando el método BLAT QQ, como: (Botero et al., 2023) y (Botero et al., 2021). Este tipo de estudios contribuyen a la toma de decisiones y al diseño de programas efectivos para la gestión y limpieza de playas, brindando una base científica sólida para abordar la problemática de residuos marinos. Además, esta iniciativa se enmarca en el trabajo colaborativo de la Red Iberoamericana Proplayas, una organización académica y científica que impulsa proyectos interdisciplinarios de bajo costo en temas marinos y costeros. La red facilita la cooperación entre países iberoamericanos, promoviendo un enfoque integral y accesible para enfrentar los desafíos de la contaminación marina.
La primera Jornada de Limpieza Científica de Playa en Panamá nos recuerda que todos podemos ser agentes de cambio. Cada botella que recogemos, cada tela que clasificamos y cada dato que registramos no solo limpia nuestra playa, sino que genera conocimiento para proteger nuestros ecosistemas. Hoy, invitamos a todos a unirse a esta misión. CIF PLAYAS seguirá ofreciendo capacitaciones para que cualquier persona pueda ser parte de esta red de ciencia ciudadana, porque la protección de nuestras playas es responsabilidad de todos.